
Un paseo por la Gamla Stan
Existe un lugar de la capital sueca en la que sin quererlo te encuentras viajando al pasado. Y ahora es cuando has de pensar en aquel cuento de calles empedradas y casas cucas que te leían cuando eras un crío (o que tú leías a tus hijos). Seguramente ese cuento se parezca mucho a la Gamla Stan de Estocolmo.
Con calles estrechas y casas cuidadas al detalle, la Gamla Stan es el mejor lugar de Estocolmo para pasear y perderse.
Cuando cae la noche la sensación de estar en Escandinavia crece y la Gamla Stan cobra un nuevo estilo algo fantasmagórico: las calles se iluminan con luces tenues, a menudo con farolillos y el aire frío empieza a recorrer la solitaria isla. Es entonces cuando se pueden captar las mejores instantáneas de la ciudad, con bonitos reflejos que te dejan con la boca abierta.

Parece que a Estocolmo le cuesta despertar y es que a las 10 de la mañana solo nosotros y algún que otro turista pasea por las calles de la Gamla Stan. Siempre nos ha gustado ver las dos caras de la moneda en una ciudad: verla sin un alma y en pleno bullicio. En el caso de Estocolmo el bullicio es poco pero la Gamla Stan no es lo mismo sin los suecos paseando en silencio y con la educación que los caracteriza. De ellos no podemos hablar mal en absoluto, siempre nos respondieron con una sonrisa a todo.
Y en este bonito paseo se pueden visitar los lugares más emblemáticos de la ciudad. El Riksdagshuset (el Parlamento), la Ridarhuset (la Casa de la Nobleza), Stortorget (la plaza más importante de la Gamla), Storkyrka (la catedral de Estocolmo), la Tyska kyrkan (la Iglesia Alemana) y el monumento de San Jorge y el dragón.

Como no podía ser de otra forma, nos despedimos de este complejo medieval con una sonrisa, sabiendo que ahora tenemos un nuevo cuento para contar.

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