
El Ágora Antigua y el cementerio Kerameikos de Atenas
El Ágora Antigua
En nuestro último día en Atenas, visitamos el lugar más importante de la ciudad después de la Acrópolis: el Ágora Antigua. Nuestra intención era haber ido el día anterior pero los horarios no jugaron a nuestro favor y tuvimos que dejarlo para último momento. Para que no os pase como a nosotros y no llevaros una sorpresa, tenéis que tener en cuenta que el Ágora Antigua sólo abre de 8.30h a 15h. Nosotros fuimos el día anterior por la tarde y la encontramos cerrada así que no nos quedó otra que madrugar mucho el último día para ir visitarla.
Allí estábamos nosotros, a las 8:30h, en la puerta del Ágora. Obviamente solos. ¡Qué placer visitar el recinto del Ágora sin nadie más! Ya sabemos que estando de vacaciones cuesta madrugar pero nosotros cada vez somos más fans de despertarnos pronto y hacer las visitas solos y evitar así los autocares de los grupos organizados que masifican todo y nos hacen temblar cuando los vemos llegar.
La entrada del Ágora Antigua es la misma que la de la Acrópolis. Te van sellando el ticket por detrás a medida que vas entrando a los diferentes sitios para que no vuelvas a entrar. Importantísimo conservar el ticket durante los 4 días que es válida la entrada.
Recordamos que los lugares a los que tienes derecho a entrar con la entrada de 12€ que cuesta la Acrópolis (gratis si eres estudiante) son los siguientes:
- Recinto de la Acrópolis
- Ágora Antigua
- Ágora Romana
- Cementerio Kerameikos
- Biblioteca de Adriano
- Templo de Zeus
El Ágora Antigua era el centro de vida política, social y comercial de la Antigua Atenas. Un lugar donde se realizaban todo tipo de actividades: reuniones políticas, intercambios comerciales, representaciones teatrales, debates y celebraciones religiosas.
¿Qué se puede ver actualmente del Ágora Antigua?
Pues bastantes cosas. Se trata de un recinto al aire libre por el que pasear es muy agradable. Los principales edificios que quedan en pie para visitar son el Templo de Hefesto y la Stoa de Átalo.


El templo de Hefesto se construyó entre el 460 y el 415 a.C y es el templo mejor conservado de Atenas. De hecho… ¿Cómo puede ser que esté tan entero después de casi 2.500 años? Increíble.
El templo, como su nombre indica, fue construido en honor al dios Hefesto. Y como la gracia de un viaje a Atenas es ir conociendo a los dioses del Olimpo, os presento a Hefesto: la Ilíada dice que fue hijo de Hera y Zeus y se le conoce por ser el dios del fuego y la forja. Reina en los volcanes y combatió en Troya y en la Gigantomaquia con el fuego. También es conocido como el dios cojo ya que la leyenda dice que Zeus, en una disputa con Hera por su otro hijo Heracles, tiró a Hefesto del Olimpo por defender a su madre y lo dejó cojo.


Sabiendo esto, todo se entiende mucho mejor. Ya que actualmente todavía quedan frisos en el templo donde se puede ver fatigas de Heracles y las luchas con los Centauros.



Una vez hayamos visto el templo de Hefesto, siguiendo el camino se llega a la Stoa de Átalo, que fue reconstruida por arqueólogos americanos hacia el 1953.
Las Stoas, en la Antigua Grecia, eran edificios de planta rectangular con columnas donde se iba a conversar y a comprar al mercado. Un lugar perfecto para refugiarse del Sol y del frío. Esta Stoa es la única que se conserva en Atenas y actualmente hace la función de museo. En su interior, podemos ver restos de las excavaciones del Ágora y objetos de uso cuotidiano como vasijas, armas y joyas. También hay una colección de esculturas que se encontraron de los diferentes dioses.

El cementerio Kerameikos
Tiene el mismo horario que el Ágora: de 8:30 a 15h. Por su proximidad, recomendamos hacer las visitas seguidas.
Se trata del cementerio más grande de la antigua Atenas. Data del 478 a.C y lo curioso es que se descubrió en 1862 tras unas excavaciones. Actualmente es un cementerio en ruinas, donde se puede pasear por dentro pero también se puede ver desde fuera sin entrar. Nosotros entramos a hacer un trozo del recorrido porque la entrada estaba incluida con la de la Acrópolis.
Si no tenéis tiempo, desde nuestro punto de vista, es un lugar prescindible. Pero por su cercanía al Ágora vale la pena acercarse para ver las dimensiones de lo que fue el antiguo cementerio de la ciudad.

Dentro, también podréis acceder a un pequeño museo donde se guardan objetos encontrados en las excavaciones de la zona. Una colección de vasijas, monedas y utensilios diversos de los antiguos atenienses.

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