Visita al mausoleo de Gur-e Amir en Samarcanda

El mausoleo de Gur-e Amir, también conocido como mausoleo de Emir Timur o Tamerlán, es sin duda el lugar con más encanto de Samarcanda.

Tamerlán fue uno de los conquistadores más temidos de la historia. Creó el imperio timúrida que conquistó, en el siglo XIV, la mayoría de los países que forman Asia Central:  Siria, Irak, Irán, Pakistán, Afganistán, Turkmenistán, Uzbekistán, parte de La India, Turquía, Rusia…

 No es de extrañar que un conquistador de tal calibre esté enterrado en un lugar importante. Pero si Tamerlán levantase cabeza sí que se llevaría una gran sorpresa. Sus órdenes antes de morir fueron que quería ser enterrado en Shakhrisabz (una ciudad a unos 100 Km de Samarcanda) con una tumba modesta y sin ornamentación.

Nadie se atrevía a desobedecer a Tamerlán pero, una vez muerto, su nieto mandó enterrar a Tamerlán  en Samarcanda y en el mausoleo más bonito de todo Uzbekistan.

El mausoleo de Gur-e Amir se encuentra a un cuarto de hora andando de la plaza del Registán. El lugar nos sorprendió muchísimo por lo bien conservado que estaba y la gran cantidad de detalles en sus azulejos y la caligrafía grabada en sus paredes.

Pagamos 10.000 UZS por persona para entrar al mausoleo (consultar más precios de Uzbekistan aquí). Aquel día éramos los únicos turistas visitando el mausoleo pero dentro encontramos a una gran cantidad de uzbekos rezando a Tamerlán.

Dimos una primera vuelta por su exterior y solo con eso ya te das cuenta que el lugar es diferente a todos los demás mausoleos que se pueden ver en el país. En este te das cuenta que estás en un lugar sumamente importante y que el interior va a ser todavía más espectacular.

Entramos al mausoleo y sin saber muy bien cómo acabamos rodeados por una marabunta de uzbekos que querían entrar a una sala. Paralos que no lo sepáis, la gente en Uzbekistan no saben lo que es el concepto “hacer cola” por lo que siempre hacen tapones en todos los lados y avanzan posiciones hacia delante con mucha habilidad. Esto pasa en las estaciones, en el aeropuerto, en las entradas a los sitios… lo que aquí se considera falta de respeto, allí es algo normal así que lo acabas aceptando.

Total, que allí estábamos nosotros, en medio de la muchedumbre que avanzaba hacia una sala a empujones. De repente entramos en la sala y ¡sorpresa! todo el mundo estaba sentado alrededor de 3 tumbas y justo al entrar nosotros se pusieron a rezar. El momento era muy emotivo, había gente con mucho fervor y emocionada allí. Nosotros, los únicos dos turistas, con nuestras cámaras, sin saber muy bien qué hacer. Nos salió instintivo sentarnos como ellos y "empezar a rezar". Bueno, más que rezar, imitábamos sus movimientos de brazos, nos levantábamos cuando tocaba etc.

Cuando acabó, la gente se levantó y volvió a hacer un tapón hacia otra sala, nosotros nos unimos al tapón. Cuando llegamos a la siguiente sala, resultó ser una pequeña capilla donde solo entraban 2 personas y donde la gente dejaba billetes de ofrenda. Entramos y salimos sin dejar billetes…

Esperamos a que todo el mundo saliera y por fin nos quedamos solos. El lugar donde habíamos estado rezando era nada más y nada menos que la sala principal del mausoleo donde estaban enterrados el gran Tamerlán, junto con 2 de sus hijos y su nieto preferido: el astrónomo Ulug Beg.

Nos quedamos allí un buen rato, solos, admirando la belleza del lugar, los detalles, los colores, la armonía del espacio… Hicimos fotos, muchas fotos, que cuando las miramos nos acordamos de aquel precioso lugar. Un lugar en el que vimos mucho fervor  y una ornamentación digna de un gran conquistador.